La primera pregunta que vamos a tratar en esta entrada es ¿qué tienen en común y en qué se diferencian las profesiones de coach educativo, tutor, orientador, asesor e influencer?
Tal vez deberíamos aclarar primero en qué consiste cada profesión:
- Un coach educativo es un profesional que ofrece sus servicios para ayudar a otras personas a lograr sus objetivos académicos o profesionales. Para ello busca principalmente generar las condiciones ideales que permitan que el cliente logre esos objetivos, identificando y potenciando sus habilidades, motivándole y dándole las herramientas necesarias.
- El orientador de un centro educativo es un profesional cuyo objetivo principal es dar apoyo a profesores, alumnos y padres. Sus funciones cubren entre otras el asesoramiento académico y profesional de los alumnos, la detección de necesidades educativas especiales, la prevención del fracaso/abandono escolar, la realización de adaptaciones curriculares y de planes de orientación a la diversidad y para la mejora de la convivencia en el centro.
- Un tutor es un docente de un centro educativo al que además de impartir las asignaturas que le hayan correspondido ese curso se le asigna el cuidado de uno de los grupos de alumnos. Entre sus funciones está la de hace de nexo entre padres y centro educativo, orientar a sus alumnos cadémica y profesionalmente, identificar y gestionar conflictos, coordinar a los profesores que dan clase a ese grupo...
- Un asesor es una persona que ofrece sus servicios a otras personas para aconsejarlas en una o varias áreas de conocimiento en las que es experta. A nivel educativo, entiendo que tanto el tutor como el orientador son en cierto modo asesores educativos en tanto que entre sus funciones están las de asesorar a padres y alumnos, pero hay que distinguirlos de los asesores educativos que aconsejan a los centros educativos o a los políticos a la hora de redactar las leyes educativas.
- Un influencer es una persona cuyas opiniones, expresadas a través de redes sociales y otros medios de comunicación, tienen influencia sobre un gran número de personas.
Ahora que hemos aclarado cada concepto, podemos tratar las semejanzas y diferencias. Tras pensarlo mucho, no se me ocurre ningún rasgo que tengan en común las cinco profesiones fuera de lo obvio: que todas ellas buscan influir sobre otras personas. Si atendemos a los motivos y los objetivos, vemos que estos son muy diferentes según la profesión. El tutor y el orientador son figuras educativas asociadas a un centro educativo cuyos objetivos están definidos por las leyes educativas pertinentes. Buscan ejercer una influencia positiva sobre los alumnos con el fin de ayudarlos para que el día de mañana sean personas autónomas, responsables y críticas capaces de valerse solas en la vida y de integrarse en la sociedad profesionalmente y como ciudadanos. El coach en cambio ve al alumno como un cliente y se centra por tanto en los objetivos que este cliente le diga: su objetivo es ayudar a que su cliente logre sus objetivos. Los objetivos y motivaciones del nfluencer son mucho más difíciles de precisar, pero por regla general, no buscan el beneficio del influenciado, sino el suyo propio o el de quien le pague.
Segunda pregunta: ¿Añadiría alguna profesión más?
Mientras definía estos terminos me ha chocado la ausencia del mentor. El mentor es una persona que se centra en ti para darte la formación inicial necesaria para desempeñar un puesto laboral o para iniciar una carrera como investigador, por ejemplo. Pero no es una profesión en sí, sino parte de su trabajo. En muchas empresas cuando entra a trabajar alguien nuevo se le asigna un mentor durante las primeras semanas o meses, dependiendo del trabajo. En investigación el supervisor doctoral es el mentor del estudiante de doctorado (o los postdocs del grupo, si el grupo es muy grande). Cuando yo hice mi doctorado, mi supervisor doctoral me dio todas las herramientas necesarias durante los primeros meses tanto a nivel teórico como práctico para convertirme progresivamente en una investigadora cada vez más independiente, y posteriormente yo he hecho de mentor de otros estudiantes de doctorado y de máster.
Tercera parte: diseñar un itinerario formativo para alguien que quiera formarse en alguna de las cinco disciplinas planteadas:
Puesto que todos nosotros acabaremos de tutores en algún momento, me planteo cómo podría yo prepararme para que no me pille desprevenida. Creo que para formarme como tutora lo mejor sería pedir consejo primero a mis amigas profesoras, pues de seguro su experiencia me será más útil que cualquier manual técnico que pueda leer. Mientras buscaba información para esta y otras entradas de mi blog he visto que hay blogs escritos por docentes accesibles para todos con muchos consejos y propuestas para tutores de colegios e institutos, así que la consulta de blogs para tomar nota de actividades y consejos formará parte de mi formación también. Pero de ahí a plantear un itinerario formativo... no lo veo realmente necesario. Estoy segura de que podría ir viendo sobre la marcha qué recursos me faltan y cómo conseguirlos. No conozco a ningún docente que se haya planteado formarse como tutor.
Eso es todo por hoy. ¡Hasta la próxima!
Referencias consultadas:
https://www.unir.net/educacion/revista/requisitos-orientador-escolar/
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