¡Hola a todos!
hoy toca hablar de la participación escolar y de cómo mejorarla. Por participación escolar entendemos una implicación por parte de alumnos, profesores y padres más allá de ir a clase, dar clase y asegurarse de que los hijos vayan a clase, respectivamente. La participación escolar maca la diferencia entre que el paso de una persona por el instituto sea un mero trámite o una experiencia enriquecedora que le ayude a desarrollarse como ciudadano. Hay muchas maneras de participar en el funcionamiento de nuestro centro educativo. Los padres pueden apuntarse al AMPA para organizar actividades extraescolares, los profesores pueden organizar excursiones y visitas a museos y exposiciones, los alumnos pueden involucrarse en el funcionamiento del centro participando en el Consejo Escolar o preocupándose al menos por lo que sus representantes hacen en este... El problema es que a menudo todas estas actividades nos generan una gran vagancia, pues a bote pronto suena a que van a requerir mucho esfuerzo por nuestra parte, y no apetece. Pero, ¿realmente tiene que ser aburrida la participación escolar?
Para mí una de las mejores formas de unir a la gente es a través de la organización de eventos. A todos nos gusta que en nuestro calendario haya marcado de vez en cuando un día diferente al resto que venga a romper la monotonía de nuestra rutina, y tampoco es tan terrible perder de vez en cuando un día de clase si con ello conseguimos mejorar la convivencia en nuestro centr esucativo. Días tematicos como "el día del Deporte", "el día de la Comunidad" o "el día de las diferentes culturas" pueden ser grandes éxitos. Por supuesto, todo radica en el diseño de actividades variadas para cubrir los gustos e intereses de todos y no caer en la tentación (por parte de los profesores) de convertirlos en eventos serios y aburridos (como por desgracia pasa muchas veces con la celebración de El día del Libro). Sin más dilación, os presento algunas de mis propuestas:
El día de las Diferentes Culturas (título provisional y muy mejorable, lo sé): Este evento tendría como objetivo dar a conocer diferentes culturas y se adaptaría al contexto del centro educativo. Si en nuestro centro hay alumnos de origen extranjero, lo ideal sería centrarnos en estas culturas para darlas a conocer, pues haciéndolo bien podría ser una excelente manera de evitar la discriminación por etnia o cultura. Si no es el caso, se podría pedir a los alumnos de cada clase que eligieran un país, buscaran información sbre él y prepararan agún tipo de actividad: un baile tradicional, un juego, un mural... Un concurso de comida típica de los diferentes países podría ser también interesante y ahí podrían intervenir los padres. En definitiva, esta idea da mucho juego y se puede llevar a cabo de muchas maneras.
El día del deporte: Mens sana in corpore sano, que decían los griegos. ¿Y qué mejor manera de inculcar el gusto por la actividad física que organizando nuestra propias Olimpiadas? Aquí lo fundamental es buscar actividades deportivas que se adapten a todos y que no sean las tradicionales (nada de fútbol o baloncesto: competiciones de lanzamiento de herradura, carreras de relevos...).
Además de la organización de este tipo de eventos, la confección de un periódico escolar por parte de los alumnos es también una excelente forma de hacer que se involucren en el funcionamiento de su centro. El proponerles que sean ellos los que propongan sus propias actividades extraescolares y creen clubs (grupo de teatro del centro, club de lectura, club de amigos de los animales, etc) con la ayuda de padres y profesores les ayudará así mismo a desarrollar capacidades tales como iniciativa y creatividad además de aprender a trabajar en equipo.
No he podido resistir la tentación de presentaros un ejemplo de participación escolar (en este caso por parte de los alumnos exclusivamente) que creo que es encomiable y sería un modelo estupendo para nosotros: la película de La colina de la amapolas, del Estudio Ghibli. Esta película está centrada en los adolescentes de un instituto japonés y su lucha por evitar que el edificio de uso común en el que tienen sede sus clubs (¡de creación 100% estudaintil!) sea demolido. Ya podríamos ser todos tan participativos y estar dispuestos a trabajar unidos para la realización de un proyecto común como este. La película es entrañable, como todas las películas del Estudio Ghibli, y por si os interesa creo que se puede ver en Netflix.
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