Ayer hablamos en clase sobre la diferencia entre centros educativos dependientes y autónomos. Los centros educativos dependientes serían aquellos sin margen alguno para tomar ningún tipo de decisiones: ni sobre el currículum, ni sobre los profesores que llegan al centro ni tampoco sobre la organización del mismo. Todas estas decisiones serían tomadas desde la administración correspondiente, convirtiendo al centro en una unidad del sistema educativo sin entidad propia. En cambio, un centro educativo autónomo es una entidad única en tanto que solo tiene que seguir unos planteamientos mínimos institucionales pero puede elegir a sus propios profesores y puede tomar sus propias decisiones a nivel curricular y organizativo, adaptándose así a su entorno u orientándose hacia unos fines específicos.
Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes. Para mí la ventaja fundamental del centro educativo autónomo es la de poder adaptarse a las necesidades reales de sus “clientes”: no es lo mismo un centro educativo en un barrio de clase media-alta que uno en un barrio obrero. Al mismo tiempo, creo que el que el centro autónomo pueda elegir a sus propios profesores ayuda a crer un ambiente único en consonancia con unos objetivos. Por ejemplo, un centro que busque dar una formación de calidad a alumnos conflictivos buscará a profesores con una personalidad luchadora, fuerte y empática capaz de mantenerse motivados y de motivar a los alumnos, dándole menos importancia a su formación académica. En cambio, un centro educativo que busque dirigirse a familias de clase media-alta que quieran dar una formación bilingüe a sus hijos buscará a profesores capaces de impartir sus asignaturas en ese idioma, y probablemente dará más importancia a las estancias y estudios que hayan hecho en el extranjero que a otro tipo de capacidades y experiencias. Otra ventaja que le veo al centro educativo autónomo es que en teoría debería tener un clima de mayor participación a todos los niveles (alumnos, profesores y padres) que uno dependiente, puesto que son los propios docentes del centro con la colaboración de los padres los que configuran el currículum, organizan las actividades y gestionan el funcionamiento del centro. Digo en teoría porque siempre podría darse un sistema oligárquico en el que el director y un pequeño círculo tomaran las decisiones y el resto de docentes las acataran sin voz ni voto.
Desventajas: es más difícil evaluar desde las instituciones educativas a estos centros, lo que puede dar lugar por ejemplo a que los alumnos de los centros autónomos salgan con notas medias más altas que los de centros educativos dependientes, con la consiguiente ventaja a la hora de acceder a estudios superiores. Otra desventaja es la posible discriminación ideológica a la hora de seleccionar al profesorado en aras de mantener una ideología concreta en ese centro, lo que de nuevo sería difícilmente juzgable desde fuera. O a la hora de admitir o no al alumnado.
En conjunto, yo creo que lo ideal es un sistema mixto. En España de hecho funciona así, con un 49% de las decisiones tomadas por las administraciones educativas y el 41% restante por el centro. Dicho esto, yo eliminaría completamente el sistema funcionarial de las oposiciones y permitiría que fueran los centros los que eligieran a sus profesores. Mis motivos son los siguientes:
1) no le veo ningún sentido a que los docentes pasen años memorizando el temario impuesto por la administración para su área cuando con el sistema actual es muy posible que les toque dar una materia que no sea la suya. Además, en tanto que van a tener que prepararse las clases adaptándolas a diferentes grupos y asignaturas, no es necesario que se sepan un temario de memoria.
2) El sistema actual da lugar a una enorme cantidad de interinos, lo que no es bueno ni para los centros ni para los profesores, que se convierten en nómadas. Si los centros eligieran a los profesores habría una mayor estabilidad laboral.
3) El sistema de oposiciones solo valora las capacidades académicas del docente, pero no sus capacidades pedagógicas ni su motivación.
Lo ideal, en mi opinión, sería que cada centro anunciara sus vacantes y evaluara a los candidatos mediante entrevistas y las pruebas que consideren oportunas, si bien el proceso de selección en su conjunto debería seguir una serie de normas dictadas desde las instituciones educativas y ser inspeccionado regularmente para asegurar que no haya favoritismos ni se discrimine a los candidatos por ideología, procedencia, etc.
Aprender desde casa
En la segunda parte de la clase tratamos sobre un tema relacionado con este que resultó ser muy controvertido: educación en casa como alternativa a la asistencia obligatoria a un centro educativo, ¿sí o no?
Personalmente creo que los padres deberían ser libres de educar a sus hijos en casa siempre y cuando puedan acreditar que están cumpliendo con el currículo fijado por el gobierno para cada una de las materias. Para ello, mi propuesta es la siguiente: que se permita a los padres gestionar la educación de sus hijos como les parezca oportuno (mediante tutores privados, cursos online, etc) pero en asociación con un centro educativo de su localidad donde los hijos se examinarían anualmente en cada una de las materias obligatorias recogidas por el currículo estatal. En tanto que los hijos aprueben, no veo nada de malo en que no asistan a un centro educativo, pues estarían alcanzando igualmente los objetivos y competencias básicas.
Ahora bien, si es buena idea o no, ya no sabría decir. Yo entiendo que haya padres (¡e hijos!) que quieran estudiar en casa: los estudiantes más dotados a menudo se frustran ante el avance demasiado lento de las clases y/o el comportamiento disruptivo de sus compañeros. Por otra parte, sería responsabilidad de los padres asegurarse de que sus hijos se relacionan con otras personas de su edad fuera de casa mediante la participación en actividades extraescolares, voluntariado, etc, pues es importante no perder de vista el aprendizaje social que se adquiere en un colegio/instituto. A fin de cuentas, el día de mañana cuando entren al mercado laboral, se van a encontrar con que las empresas valoran más capacidades como saber trabajar en grupo o saber hablar en público que los conocimientos en sí que puedan tener.
Esta es mi opinión. ¿Qué opinas tú?
Hasta la próxima,
Isolda
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